1- Saber lo que comes.
2- Educar a los niños.
3- Aprender más sobre los alimentos.
4- La satisfacción de cultivar.
5- Se puede convertir en una absorbente afición.
6- Puedes consumir las hortalizas en su momento óptimo.
7- Puede servir para aumentar tus relaciones sociales.
8- Puede ser un ahorro.
9- Consumir alimentos de alta calidad.
10- Tener a mano hierbas frescas.
11- Consumir alimentos sin pesticidas ni fertilizantes tóxicos.
12- Es divertido
Si tenemos un pequeño balcón o jardín y no sabemos en qué emplear ese hueco que tan vacío queda y te gustan las cosas naturales consulta esta sección donde podrás conocer las diferentes formas que le puedes dar a tu huerto usando mesas, jardineras, macetas, etc.
Los actuales cultivos se han ido adaptando mediante un proceso de selección a las exigencias de la agricultura intensiva, por lo que suelen ser bastante resistentes.
Sumado a la gran variedad de productos a los que tenemos acceso, podemos recolectar casí lo que queramos.
Pero, ¿no resulta complicado? “A veces asociamos el cultivo de alimentos con grandes extensiones de terreno, huertas variadas repletas de vida o profesionales que conocen todas las plagas existentes”. Y “nada más lejos de la realidad”. Existen soluciones muy asequibles que nos permitirán cultivar nuestras propias lechugas, fresas, acelgas, calabacines…
En Barcelona existen varios huertos urbanos, donde podemos participar en su cuidado y fomentar las relaciones con los demás.